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Historia

Raúl sintió mi llamado

¿Quieres que te cuente la historia? Es una historia que se escribe todos los días, tempranito y en las madrugadas también

Le empecé a dar forma al sueño de Calavera Mexology mientras Raúl crecía en el pueblo de Amatitán, Jalisco, viendo los valles azul turquesa y respirando el olor a agave cocido, tequila y fiesta

De Culiacán, Sinaloa, aprendió a armar las mejores fiestas repentinas en casa de su abuela materna con la banda tocando entre las ollas con los mejores frijolitos del mundo y tortillas de harina recién hechas, rodeado del amor de neta de su mamá, una mujer fuerte y audaz, valiente y sin miedo al qué dirán, a la que le debemos los brebajes y alipuses de Calavera Mexology.

Yo ya tenía ganas de soltar el espíritu pachanguero pero a Raúl le hacía falta aprender algo para armarla en grande: Su abuela alemana le enseñó entre pasteles deliciosos a ser disciplinado, elegante y atento; y su papá, que el camino se recorre con respeto, trabajo, honestidad y lucha diaria.

Ya casi estaba listo el Raúl, nomás le faltaba calarse, como decimos en el inframundo, probarse a si mismo que podía pues.

Se puso a estudiar la carrera de negocios internacionales, hizo amigos, se fue a España, tuvo las mejores fiestas y las mejores crudas y fue bar tender hasta que se regresó a México a trabajar en una gran empresa. Trabajó, aprendió y brindó como campeón, le dieron ganas de comerse al mundo y aquí empieza lo bueno porque yo, el diablo calavera, entro en la historia.

Era junio de 2015. Karin, la hermana de Raúl, estaba organizando su boda y quería tener los tragos y la fiesta de Amatitán, con su toque único para presumir su origen y cultura. Yo aproveché para decirle quedito en el oído a Raúl: “órale, esto es lo que estábamos esperando, vas” y que se avienta a hacer el primer evento Calavera. Nomás era la boda de su hermana, reina de belleza conocida en todo México y para 600 invitados el 19 de septiembre de 2015.

Nos regresamos a la ciudad de México crudos y cansados de tanto bailar. Raúl no sabía si seguir en su trabajo o no, y yo le ponía la tentación: “salte, ándale. Vamos a soltar al espíritu pachanguero por todos lados. Ya sabes que te encanta esto”. Ya saben cómo somos los diablos, hasta hice una alianza con su papá para que lo convenciera y le dijo “¿Qué es lo peor que te puede pasar? En casa siempre

habrá frijoles”. Ya estaba cerrado el trato y se armó Calavera Mexólogy, con su mero diablo y Raúl Ontiveros al frente.

El primer año no estuvo tan fácil pero después de hablar con grandes amigos, platicar con clientes, salir de fiesta y regresar al origen Raúl acabó por volver a escuchar al diablo Calavera y entendió lo que había que hacer.

Ahora sí, agárrense porque el espíritu pachanguero anda suelto, y mientras escribo esto la verdad es que ya no se dónde acabo yo y empieza Raúl.

¿Quieres saber más de nuestra historia?

Tengo un podcast y hago trova los domingos por la noche, saca la Ouija para que sintonices bien el canal. O, te ofrezco algo más sencillo: ponte en contacto con nuestros #LocosCalavera e invítalos a tu evento para que veas cómo no son cuentos.

Solamente una recomendación: los martes, ni te cases, ni te embarques.

Las Almas de la fiesta:

Los Locos Calavera.

¿Cómo le podrías llamar a las personas que transforman tu momento en algo que no esperas? Fácil… un Loco.

Los Locos Calavera somos seres de otro mundo, bañados en tequila, mezcal, tejuino y sal, porque solamente así se levantaron sus corazones al llamado del Espíritu Pachanguero; No tienen nombres comunes, no responden al “¡Oiga joven!”, ellos conectarán contigo cuando los llames viéndolos directamente a los ojos diciendo claramente y sin titubear: “¡Oye Loco! Dame de eso que estás preparando”. Así se contagia el Espíritu Calavera.